domingo, 21 de marzo de 2010

Plasma

Bel y Agus conversaban y escupían bióticos rencores respecto a nuestra abiótica sociedad, mientras yo simbiótico y dependiente de ajenas dendritas y mitocondrias ensayé mi propio vómito alcalino:




"En el nombre del Joker"






De todos los conceptos prefabricados, brutalmente inducidos y cinicamente ofrecidos por el Mago Maestro Joker del comportamiendo humanoide, perfiero al de la libertad.

Es ella tan dueña del morbo, como la nena tímida, virgen, mojada y sangrante, imposible en su sexo pero analmente disponible y dispuesta a corromper su inquieta estanquedad cristiana.

La libertad es tan posible e imposible como el día de noche y la noche de día. Es mi puta divina: pago por ella cuando entiendo al cuerpo como síntoma de necesidad; mientras tanto, ella espera por todos como el virus sanguíneo y corrosivo que llegó para espantarnos de muerte.



Nyx.

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